La inteligencia artificial (IA) se divide en tres fases principales, cada una con diferentes niveles de capacidad y complejidad:
Inteligencia Artificial Estrecha (ANI): También conocida como IA débil, esta fase se centra en tareas específicas y limitadas. Ejemplos incluyen asistentes virtuales como Siri y sistemas de recomendación como los de Netflix.
Inteligencia Artificial General (AGI): Esta fase se refiere a sistemas que pueden comprender, aprender y aplicar conocimientos de manera similar a los seres humanos. La AGI aún no se ha alcanzado, pero es el objetivo de muchos investigadores en el campo.
Súper Inteligencia Artificial (ASI): Esta es una fase hipotética en la que la IA supera la inteligencia humana en todos los aspectos. La ASI podría realizar cualquier tarea cognitiva mejor que los humanos.
Actualmente, estamos en la fase de Inteligencia Artificial Estrecha (ANI). Los avances en esta área han sido significativos, con aplicaciones en diversos campos como la medicina, finanzas, transporte y más.
En el futuro, se espera que la IA evolucione hacia la Inteligencia Artificial General (AGI), donde las máquinas podrán realizar tareas cognitivas complejas de manera autónoma. Eventualmente, podríamos llegar a la Súper Inteligencia Artificial (ASI), aunque esto plantea desafíos éticos y de seguridad importantes.
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